Salud mental y contaminación: Factores de riesgo cardiovascular emergentes
El doctor Luis Rodríguez Padial, jefe de equipo de la Clínica Medicina y Prevención Cardiovascular de Toledo, subraya que 'el estrés y la ansiedad producen una serie de cambios químicos que produce elevación de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial'

Se estima que el 10% de la población española padece al menos un trastorno emocional y que algo más del 15% lo padecerá a lo largo de su vida. Según datos de 2020, el 5,4% de los españoles; es decir, unos dos millones de personas, sufre algún tipo de cuadro depresivo, trastorno que incrementa en un 60% las posibilidades de sufrir enfermedades cardiacas. El doctor Luis Rodríguez Padial, jefe de equipo de la Clínica Medicina y Prevención Cardiovascular de Toledo de subraya que «el estrés y la ansiedad producen una serie de cambios químicos que conllevan la activación del sistema nervioso, lo que produce elevación de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial. Además de estas alteraciones fisiológicas, el estrés y la ansiedad pueden conducir a quienes lo padecen a cambiar significativamente sus hábitos de vida por otros menos saludables. Por ejemplo, comer en exceso o ingerir alimentos hipercalóricos, dormir menos, consumir más alcohol o café y hacer menos ejercicio»
Dormir es una necesidad para nuestro organismo, pero no siempre la satisfacemos como deberíamos. El insomnio afecta al 36% de la población española, según una encuesta realizada por la Fundación Española del Corazón. En este sentido Rodríguez Padial explica que ¨la OMS recomienda que el sueño nocturno tenga una duración media de 7-8 horas para los adultos. De hecho, se ha observado que un sueño de una duración menos de 6 horas incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, es importante que el sueño sea adecuado, sin interrupciones y durmiendo profundamente. Algunos estudios han demostrado que tanto la dificultad de iniciar el sueño como la dificultad de mantenerlo, el despertar temprano en la mañana y la sensación de sueño no reparador se asociaron con un riesgo significativamente mayor de desarrollar insuficiencia cardiaca».
Contaminación, un problema preocupante
La contaminación también afecta a la salud cardiovascular porque las partículas diminutas que existen en el aire por la contaminación ambiental pasan al torrente sanguíneo y dañan las paredes interiores de los vasos sanguíneos al iniciar procesos de inflamación; esto hace que se estrechen los vasos sanguíneos y que se endurezcan sus paredes. El jefe de Medicina y Prevención Cardiovascular advierte que «las últimas evidencias científicas indican que la contaminación es un factor de riesgo importante y que se relaciona directamente con diferentes patologías cardiovasculares como arritmias y cardiopatía isquémica (infarto de miocardio o angina de pecho)».
«Si queremos reducir el impacto de la contaminación en la salud cardiovascular las opciones son: tener un transporte público más limpio, hogares energéticamente eficientes, acceso a combustibles y tecnologías limpias y una adecuada gestión de los residuos. A nivel individual, también podemos intentar reducir el impacto de la contaminación en la salud cardiovascular a través de pequeñas acciones como caminar o ir en bicicleta en lugar de conducir, comprobar los niveles de contaminación atmosférica y evitar zonas muy contaminadas», explican desde el equipo del doctor Rodríguez Padial.
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